Ya llegamos!

Ya estamos en tierras australianas. Llegamos hace tres dias. El viaje fue muy largo, sin embargo yo podria decir que la peor parte fue la espera en el aeropuerto de Los Angeles, en el cual esperamos 5 horas. Nos vinimos por Estados Unidos, Caracas-Miami donde paramos tres dias en casa de mi hermana, luego, Fort Lauderdale-Los Angeles (5 horas de vuelo + 5 horas de espera) y de ahi, Los Angeles-Sydney, por Quantas (14 horas). La estadia en Miami fue una nota porque aprovechamos de estar con mis sobrinos y mi hermana, mi cuñado, y mi suegro.

El viaje a Los Angeles como todos los vuelos nacionales de USA, normalito tirando a chimbo, nos dieron solo agua! Ya en Los angeles, super aeropuerto comimos en Chilis, muy sabroso, esperamos mas de cinco horas hasta que nos montamos en el avión, super avión de Quantas, dos pisos, muy organizados, muy amables y confortable. Al abordarlo era muy de noche, en nuestro reloj biologico era la 1:00 am, asi que al montarnos con David ya dormido desde hacía una hora, caí profundamente por ocho horas más o menos junto con David; Michael estuvo despierto todo el viaje, viendo películas, tele, etc.

Durante el viaje estuvimos chequeando el plan de vuelo, por donde íbamos, a cuantas millas, cuantas horas, clima, etc.

Al llegar, les recuerdo que cargábamos tres maletas de mano más un bolso (que pretendía ser mi cartera), una más grande y más pesada que la otra, más un bebé, más el coche que te lo dan con las maletas (primera diferencia), en todos lados el coche te lo entregan en la puerta del avión, acá no, acá haces todo sin coche hasta donde se busca el equipaje, luego de inmigración!

En fin, apenas nos paramos del asiento y empezamos a salir del avión David empieza a decirme en su corto lenguaje "papó, papó, papó" viendo hacia atrás y yo, en mi desesperación por salir hago un escaneo rápido de la zona y veo todo en orden y le digo, "ya David, papa está adelante, el chupón (popó) lo tienes puesto y la pelota (loló) la tienes en la mano, así que no friegues, sigue tranquilo que pesas mucho" (recuerden que yo lo llevaba cargado y Michael llevaba todo el maletero encima). Finalmente, cuando salimos del avión, del pasillo larguisimo, etc, decimos, "ok David a caminar un ratico" y en eso nos damos cuenta que el zapato de David se habia quedado en el avión!!! Eso era lo que nos estaba avisando!!! Sentí la tentación de dejar el zapato, ya compraríamos otro pensé, pero Michael me dijo "es importante que David empiece con buen pie", así que me devolví, lo busqué, todo el mundo se rió.

Llegamos a inmigración, nos pasaron de primeros por ir con un baby, allí sin mucha cosa nos sellaron los pasaportes, nos pidieron las tarjetas de vacunación contra fiebre amarilla, importante tramitarla con tiempo, más de diez de antelación previo al viaje, ya que yo me la saqué dos dias antes de irme a Miami, y casi no me dan la tarjeta, pero con David en brazos y una lloradita, me la dieron, pero les confieso que ha podido representar un severo dolor de cabeza, asi que los que viven en Venezuela y piensen venir, vacúnense con tiempo, si tienen más de seis dias en USA, justo antes de venir, no se las piden.

Pasamos a la busqueda del equipaje, todo llegó perfecto, las diez maletototas llegaron! De allí hay que pasar por aduana (cuarentena) y seguiendo los consejos que nos habían dado, declaramos todo lo que trajimos (comida, medicinas, articulos de madera), las medicinas ni las revisaron, no les importó, me preguntaron qué tipo de medicinas traía, y no hubo rollo. Luego con las maderas me preguntaron en qué maleta estaban, y como estaban en casi todas, casi todas fueron inspeccionadas, la madera no tenía nada grave, pura artesanía venezolana, pasamos sin problemas, luego la comida, eran compotas y jugos de David, los vieron y adelante. Es muy importante declarar lo que se trae, ya que las maquinas detectan la madera a leguas y no hay que arriesgarse, se declara lo que se traiga, ellos revisan y listo.

Todo el mundo se nos quedaba viendo cuando veían la cantidad de maletas, al decirles "nuevos residentes" la gente entendía el volumen.

Al salir no sabíamos si estábamos en China, Japón o Australia, la cantidad de asiáticos es impresionante, por supuesto un chino pilas nos abordó inmediatamente y nos dijo "minibus", lo tomamos y nos trajo al hotel. El hotel bien chevere, es una suite, con una sala, con una espacio pequeñito tipo cocina (sin hornillas, solo con neverita y fregadero), un cuarto, el corralito para David y un baño.

Apenas llegamos, fuimos a la bahia a ver el famoso puente y el opera house, espectacular vista! En la tardecita nos vinieron a visitar Fernando y Yanina, nos dieron varios tips y nos invitaron a cenar a su casa al día siguiente, comimos divino unos raviolis que hizo Yan, le quedaron finisimos!

El jetlag o cambio de horario nos ha afectado un poco, ya que sin importar la hora a la que nos acostemos, nos despertamos a las 4:30 am, esperamos se nos pase pronto! La otra cosa es el inglés, completamente diferente tanto en palabras como en pronunciación. Además se maneja del otro lado, así que muchas veces decimos cosas como "que hace ese niño manejando" o "ese carro va solo", es muy extraño, imagino nos acostumbraremos. Al cruzar la calle debemos acostumbrarnos a voltear para el lado que corresponde, hoy vemos para donde no es, en fin, muchas cosas distintas, muchas cosas nuevas y adaptandonos a esta nueva vida donde muchas veces creemos que estamos de vacaciones, pero no es así!

Ya empezamos a ver apartamentos, hasta ahora bien, en un próximo post les daré detalles de la búsqueda.

See you!