Le dijimos adios a la lámpara!

Mi esposo, hace aproximadamente siete años compró una lámpara en una tienda llamada Graffitti (para los que no la conocen, es una tienda de tendencia barata con artículos que pueden llegar a ser buenos e inclusive de buen gusto en algunos casos!). La lámpara tenía sus encantos, sin embargo, sólo él se los encontraba, a decir verdad!

Mientras estaba soltero, la lámpara lo acompañó, al lado de su mesita de noche. Cuando nos casamos, lo primero que se mudó, efectivamente fue la lámpara, menos mal y en ese momento, la pantalla de la lámpara se perdió en alguna parte, porque era realmente patética y no combinaba. Luego nos mudamos a un apartamento más grande, y por supuesto, la lámpara estaba allí, siempre fiel a su dueño.

Pese a que en muchas ocasiones le pedí que la cambiáramos, ya que ciertamente estaba viejita y con la luz de neón que mi esposo le puso, no era como muy apropiada para encenderse en la noche a la hora de descansar y ver la tele, mis peticiones nunca tuvieron eco.

En fin, hoy, luego de un trasnocho producto de una celebración de un matrimonio al que fuimos ayer, caímos rendidos de sueño a mitad de tarde, pero nuestro querubín, que no se trasnochó, by the way, estaba como decimos acá, con las pilas puestas y recargadas!

David estuvo echando varilla por todo nuestro cuarto mientras intentábamos dormir, finalmente descansamos, David se quedó tranquilo en el corral, jugandito. Al despertarnos, noté la cara de decepción de mi esposo, puso cara de "mi vida es una tragedia, una tras otra", qué ocurre, le pregunté, me contestó "la lámpara se partió por la mitad", pensé, llegó el día!, no obstante, mi esposo con todo el tesón, la dedicación y el logro que lo caracteriza, me dijo, la pegaré y volverá con nosotros!!!

Por cierto, asumimos que David fue el autor intelectual y material, sin embargo no hay pruebas fehacientes que lo culpen!